Hay noches mágicas, noches que te sientes como en casa y la música emana con facilidad, como si aquello no fuera un concierto sino un compartir con amigos.
Así fue el pasado 4 de julio en el monasterio de Casbas de Huesca dentro del festival AnaAbarca-EnClaves.
Os dejo una reseña del Diario de Huesca donde ponen de manifiesto todo lo vivido en esa noche tan especial.
Las voces de Amystis, perfectamente equilibradas, permitieron distinguir con claridad la arquitectura interna de cada pieza, creando atmósferas que abarcaron desde la solemnidad a la luminosidad. La concentración del público fue máxima y la ovación final, larga y cálida, reflejó el alto nivel artístico de la velada.